viernes, 5 de enero de 2024

Arqueología bíblica


 

Hay numerosos libros sobre arqueología que resultan interesantes tan solo a los arqueólogos y a veces están tan plagados de datos fríos y áridas explicaciones que duermen a los mismos. 

Por otro lado, existen libros que buscan demostrar a toda costa la veracidad o por el contrario la falsedad  de un determinado asunto, hasta el grado de cansar con sus repeticiones argumentales y nos topamos vez tras vez con  interpretaciones llenas de prejuicios o motivadas por emociones religiosas. 

Esto sucede sobre todo cuando tratamos de un tema como el la Biblia pero desde un punto de vista científico como es el del estudio arqueológico. La brecha entre ciencia y religión ha empantanado de prejuicios la investigación arqueológica sobre la Biblia, que en los últimos años parece centrarse en querer demostrad su inexactitud, falsedad o que proviene de mitología. 

Por eso encontrarse con un libro que no pretende nada más que entender lo que se escribió en la Biblia en su contexto histórico, cultural y religioso y verificarlo por medio del estudio arqueológico, el hallazgo de lugares, de pruebas a favor o en contra, de interpretaciones de unos y otros, amantes y opositores, esto da como resultado una obra realmente objetiva, sincera y clara. 

Es verdad que es un libro extenso, teniendo en cuenta que se desgrana el antiguo testamento hasta llegar al siglo I, con todo lo que eso conlleva. Pero lo que hace realmente interesante es descubrir hasta donde se ha llegado en la documentación de restos y pruebas verificables sobre muchos aspectos y sucesos descritos en en la Biblia y que la aparición de numerosos fragmentos, vasijas, anillos, y otros pequeños detalles que han producido las excavaciones en la compleja zona de Palestina han corroborado. 

Vale la pena adentrarse en el libro de Pedro Cabello Morales, que además lo hace de manera cronológica e histórica y con mucha información actualizada.


  

sábado, 10 de noviembre de 2018

Azahares de Granada



La foto que he colocado viene muy al caso del libro del que ahora voy a contar, tanto por la temática, como por el lugar, desde el mirador de San Nicolás en el Albaicín de Granada, con la majestuosa y fotogénica Alhambra de fondo. Este verano pude terminar de leer Azahares de Granada, del autor catalán Jordi Verdaguer Vila-Sivill, autor de varios ensayos, siendo esta su primera novela. Quise hacerle este homenaje, como agradecimiento a su buen trabajo. Diré que esta es la octava edición y por tanto, no hablamos de un libro acabado de salir, pero en un mar de ofertas, cualquier libro es una gota de agua y no siempre es fácil abrirse camino en este difícil mundo editorial, Azahares merece estar entre los buenos libros que este año he leído. 
¿Qué puedo decir de este libro? Bueno, en estos tiempos en los que tanto se habla de crisis de migración, de intolerancia étnica y religiosa, incomprensión entre civilizaciones, leer una novela que nos lleva a la raíz de la razón de la ruptura entre oriente y occidente se me hacía, como mínimo, necesario. 
Hablamos de un bello libro cuya trama se remonta a los años finales de la reconquista castellana de la península. Aunque en realidad se trata de una novela de aventuras, en la que a un grupo de amigos pertenecientes a una orden de caballeros mozárabes se le encomienda la búsqueda de un tesoro escondido en Granada, perteneciente a la orden y que temen que caiga en manos árabes y salga del país. El grupo de valientes se va abriendo camino hacia el sur, a partir de allí surgen diferentes historias y situaciones que complican el camino y los desvían. Bajo ese pretexto el autor nos introduce en aquella época convulsa, llena de extremistas de un lado y de otro, donde la inquisición, por un lado, las intrigas palaciegas del decadente imperio árabe y otras argucias y luchas de dominación, por otra, la convierten en una época muy peligrosa para la misión encomendada a dichos caballeros. El amor también surge y las tendencias, creencias y costumbres de los que se van uniendo a la caravana de buscadores se entremezclan y salen a relucir en determinados momentos hasta parece que puedan convertirse en la razón para el fracaso de la expedición.  

       El libro lleva un ritmo pausado, pero muy agradable y cómo de leer. El estilo y la narrativa del libro es otro detalle a tener en cuenta, atrapa con un sutil tono propio de la época, un cuidado lenguaje que nos traslada a un tiempo hostil, duro, donde las diferencias de raza, religión y sexo están tan marcadas por la incomprensión, por la intransigencia y por el odio visceral. Sin embargo el libro, lejos de ensañarse en esas cosas nos hacer ver como en medio de aquel turbulento mundo dividido se podían neutralizar esas  diferencias culturales y religiosas.

El autor muestra un gran dominio del tema, de la época, de las costumbres, lenguaje y lugares, un libro desde luego bien trabajado, nada superficial y arriesgando lo necesario para contarnos una historia en parte ajustada a los hechos y otra novelada, pero tan bien conseguida, que no puedes distinguir hechos reales de la ficción.

Este libro nos pone en la tesitura de no saber muchas veces a quien apoyar, pues deja claro que los supuestos libertadores son a su vez los más intolerantes y macabros en sus actos, mientras en el otro lado encuentras personas leales a su humanidad, tolerantes y comprensivos. Pero mientras la reconquista va avanzando se pasa de una liberación a una opresión. Los protagonistas, cuyas circunstancias van cambiando o cuyas tendencias sacan a la luz en los últimos capítulos, tendrán que lidiar entre un lado y otro de la contienda y tomar el sinuoso camino de en medio para conseguir su objetivo, encontrar el tesoro escondido. 
Al final el libro deja un buen sabor de boca, pues muestra la importancia de vivir en un mundo tolerante, que al final en eso consiste la verdadera amistad.  Por eso lo recomiendo este libro, para todos aquellos que desean encontrar una historia diferente, en la que no siempre se juzgue a unos por muy malos y otros como las víctimas, sino que la objetividad sea la pauta, y si ese es el caso, este es su libro. 


miércoles, 3 de enero de 2018

Así se habla





Pocas veces leo libros de los considerados de autoayuda o de consejos. Pero cuando te topas con uno aderezado con anécdotas, grandes dosis de un buen sentido del humor y tan ameno como este, piensas que no has perdido el tiempo. Me parece una muy interesante propuesta realizada por Marcos Bello, al cual ya he podido leer y escuchar en alguna ocasión y Josué de Andrés, que han realizado un buen trabajo en la redacción de este texto. 
Es este un libro que te enseña trucos para hablar en público, un tema por el que muchos dirán: Pero si yo jamás voy a dar conferencias ¿Para qué me sirve esto?

Pues dicho así, es verdad, es muy poco probable que alguno de nosotros nos veamos conferenciando, pero en nuestra vida diaria a menudo tenemos que enfrentarnos al hecho de tener que hablar en público.
Tal vez en nuestros lugares de trabajo, si es tema comercial, nos veamos ante la tesitura de hablar de un producto a fin de convencer a los clientes, o cuando nos toca acudir a una entrevista de trabajo, de hacer una presentación de una idea o proyecto ante la elite directiva de nuestra empresa, o si nos presentamos para alcaldes de nuestro pueblo, cómo realizar un meeting, defender nuestras ideas para convencer a otros. Qué hay si nos toca decir unas palabras en la boda de nuestra hija (o) o en una despedida con los compañeros, o somos presidentes de nuestra comunidad de vecinos y debemos convencerlos para pintar el edificio de color rosa o de instalar un ascensor en nuestro bloque de tres plantas.
Incluso aunque no nos enfrentemos a ninguna de estas circunstancias, el libro no deja de ser interesante, ya solo por el hecho de conocer el trasfondo detrás de los buenos conferenciante que ha dado la historia, si a esto añadimos el toque ilustrativo que tiene, cargado de ejemplos de la vida real, de experiencias simpáticas, de anécdotas históricas, lo convierten en un libro que vale la pena tener entre las manos, aunque sea para pasar un buen rato y de paso aprender algo práctico.
Recomiendo su lectura, sobre todo a aquellos que en un momento dado de su vida, deben afrontar el reto de hablar, convencer y comunicar, enriqueciendo su forma de hablar a otros, con gracia y buen estilo. 

Lo puedes conseguir aquí:  

martes, 11 de julio de 2017

Carretera Málaga-Almería






Hoy día cuando uno viaja por la Costa del Sol, la Axarquía o  la costa granadina, se imagina bellas villas con hoteles lujosos, paseos marítimos, chiringuitos donde tomar deliciosas comidas a base de frituras de pescado o tomar una cerveza, y por supuesto darse un baño en las pacíficas aguas del mediterráneo. Nadie se imagina esa Málaga la bella, hecha una ruina por los bombardeos, esa calle Larios cubierta de ruinas, la catedral convertida en un antro repugnante donde los muertos se mezclaban con los enfermos y débiles que buscaban allí cobijo, la Alameda semi abandonada y miles de personas en una fila interminable huyendo, en un intento de salvar su vida y buscar refugio, cargando con algunas pocas cosas y tirando de niños y viejos agotados tras cientos de kilómetros de marcha, aderezada además con salvajes ataques desde el aire y el mar, desde donde se lanzan cañonazos que rompen el orden de las filas, dejando un resto de humeantes cadáveres por el camino. 




                Pues esto es lo que cuenta este libro, y lo hace en base a los testimonios recogidos por testigos de esa tragedia que por años fue ocultada y casi olvidada. Pienso que es importante no silenciar estos testimonios, que de un lado y otro de la contienda siempre nos muestran que los perdedores en todas las guerras son los ciudadanos humildes y pacíficos. Hasta ahora, este episodio de la guerra civil española apenas era mencionado de pasada en casi todos los libros que se han escrito sobre esta. Hasta el famoso pintor Picasso dio la espalda al sufrimiento de la ciudad que le vio nacer y pintó un cuadro “el Guernika” dedicado a la tragedia de la guerra en aquella ciudad, olvidándose que una tragedia mayor que esa se sufrió en el sur, en la desbandada de Málaga. 




Ha habido otros libros que incluso han llevado este título, como “la Desbandá” de Luis Melero, pero incluso este libro que basa su argumento en un niño que sobrevivió a la tragedia en la carretera Málaga-Almería, apenas profundiza en lo que realmente se vivió allí. 
Sin embargo, en este libro, Jesús Majada y sus colaboradores, han intentado mostrar todas las realidades de los perseguidos, de los ganadores y de los vencidos. Mostrando como los que huían fueron abandonados por lo que los deberían defender y atacados por los que supuestamente los venían a liberar.  

Muchos de estos testigos pronto morirán, al igual que lo están haciendo los pocos sobrevivientes del holocausto nazi, los de los Gulags soviéticos de la era de Stalin, sobrevivientes de la segunda guerra mundial, de la bomba de Hiroshima ¿Desaparecerá su recuerdo y su sufrimiento por ello? Gracias a libros como este, que se establecen como una pequeña piedra de reconocimiento y recuerdo, esperemos que no. 

Lamentablemente la historia tiende a repetirse y son desgracias como estas producidas por, guerras, calamidades continuamente salpican los noticieros en diferentes lugares del mundo, parecen como un cruel carrusel que da vueltas y nos muestra sus horrores una y otra vez. En realidad las tragedias son siempre iguales, las que se vivieron en Málaga en los años treinta, como las que vemos en Darfur, en kosovo, Ucrania, Chechenia, Siria, Irak, o Libia en tiempos más recientes.  Las hubo también en las guerras mundiales de Europa, y en todas ellas el denominador común son las huídas, las espantadas de civiles en busca de seguridad.  De alguna manera deberían servir para aprender lecciones, conseguir que no se repita más, pero mientras el mundo siga gobernado por los mismos intereses, mucho nos tememos que no se aprenderá nunca la lección. 


                Pero si para algo sirve leer este libro, es para hacernos ver lo que significa ser refugiado, lo que conlleva ser desplazado de sus casas, dejar todo y salir con lo puesto. Cuando vemos llegar pateras, y riadas de caminantes por las vías del tren en Europa, no pensemos que son solo aprovechados en busca de las riquezas del viejo continente, pues probablemente en el 90% de los casos nos equivoquemos, estas son personas que no han querido dejar sus casas, lo hacen porque no tienen más remedio. 

                En cualquier caso recomiendo la lectura de este libro, la manera de unificar los diferentes testimonios y armonizarlos en uno, colocando los sucesos en orden cronológico,  hace su lectura envolvente, emocionante y hace sentir al lector vivir con aquellas personas esa angustia y esa búsqueda, poniendo a prueba la humanidad de cada individuo.  Si además tenemos oportunidad de visitar Málaga y sus alrededores, nos hará vivir otros tiempos en los que la Costa no significó placer, sino sufrimiento, no se relacionaba con el disfrute de la vida, sino con la tragedia de la muerte. 


jueves, 27 de abril de 2017

Una Mujer en Berlín




Ahora que vemos por los medios audiovisuales los efectos de la guerra en países como Siria, y otras más olvidadas en Africa, (Darfur, Sudan, etc) , y contemplamos aquellas tragedias como lejanas, salvo por el hecho de que recibimos refugiados en nuestros países. Pero una vez que estas guerras cesan, poco sabemos cómo salen adelante las personas que allí quedan. Los medios, una vez se acaba lo emocionante y llamativo, los combates y las bombas, se baten en retirada y de repente desaparecen de los telediarios lo que ocurre en aquellos lugares. Pocos nos planteamos lo que sucede con los sobrevivientes convertidos en derrotados y los abusos que cometerán contra la población los que llegan supuestamente liberando al pueblo de las opresoras manos de un dictador. 
Casi siempre la población de los perdedores, sufre violaciones, abusos, pérdidas de derechos y libertades, aparte de la escasez de una postguerra.  Sabemos que la población padece sufrimientos después de una guerra, pero desde la lejanía tan solo nos alegramos que por fin llegue la paz y sabemos que el tiempo se encargará de sanar las heridas. No nos hacemos la idea de lo que significa el camino de penitencia y martirio que aquellos pasan, no, hasta que leemos libros como este.

El libro “Una mujer en Berlín”, es un relato crudo y sincero de una de los episodios menos conocidos y tratados de la guerra. Casi siempre, se habla de los campos de concentración, de las millones de víctimas del régimen nazi, que por supuesto merecen no ser olvidadas nunca por la historia. Pero lo que sufrieron después otras cientos de miles de personas, en su mayoría mujeres que fueron recibiendo a las tropas, sobre todo rusas, es algo indescriptible, pero por salvaguardar su propia dignidad, muchas prefirieron callar y olvidar. De esas personas trata el libro en cuestión.

 Se trata de un relato día a día que cuenta un periodo de tan solo tres meses, pero lleno de los detalles suficientes para hacernos una idea de lo que supuso para la población perdedora, aquella derrota que si bien fue merecida por el sistema que dirigió al pueblo alemán y lo llevó hasta esos extremos, pero no lo era para unas personas normales, comunes, como cualquiera de los ciudadanos de otras naciones envueltas. Lo que supuso para las mujeres alemanes la llegada del ejército ruso a Berlín, es contado de manera aparentemente fría pero por la propia defensa de una dignidad castigada. No es un libro de guerra al uso, que cuente batallas y luchas entre unos y otros, sino el testimonio de los que en la ciudad, escondidos en refugios improvisados fueron testigos de los bombardeos, del paso de soldados de un lado a otro y después de la vejatoria llegada de un ejército ruso, donde jóvenes desbocados fueron en busca de todas clase de pillaje, incluido el humano, que tuvieron que sufrir en sus carnes aquellas mujeres sin poder oponer resistencia, pues eran las perdedoras y culpables de su propio sino en la vida. Lamentablemente la historia se sigue repitiendo, una y otra vez, en todas y cada una de las guerras que este mundo provoca y que no han cesado desde que contamos la historia.

Recomiendo este libro por su carácter histórico y original, al tratarse de un relato personal, basado en el diario de una mujer que expuso lo que fue su vida en esos tres meses, y que no quiso que su nombre figurara en el libro, quizás por guardar su intimidad o porque pensaba que de alguna manera cualquier mujer de aquella época lo pudiera haber escrito. Gracias al célebre escritor C. W. Ceram, quien de alguna manera apadrinó el libro, para que este saliera a la luz y quedara como testimonio de lo que sucedió en aquellos tiempos. 




martes, 28 de febrero de 2017

El amargo sabor de la victoria



Son muchos los libros que tratan sobre la segunda guerra mundial, las atrocidades de los nazis en Alemania, o las batallas en Europa o el Pacífico.
Pero no muchos se detienen en un periodo que marcó el futuro de Alemania y de toda Europa, la postguerra. Curiosamente he leído dos libros sobre el tema, escritos, uno por un hombre y otro por una mujer. Ambos escritores plasmaron en sus libros una realidad poco conocida, el sufrimiento del pueblo alemán tras la derrota. A mi no me gusta juzgar si esto fue merecido o no, en realidad el pueblo siempre sufre las consecuencias de las decisiones de sus gobernantes, y muchos alemanes sufrieron la férrea dictadura de un sistema totalitario por el que pasaron años sufriendo en campos de exterminio, y cuando volvieron a sus ciudades, intentando rehacer sus vidas, sufrieron años de penurias, de humillaciones y pesares, sencillamente por haber pertenecido al país que llevó a toda Europa al abismo.

Me voy a detener en esta ocasión, en el libro de Lara Fiegel, El amargo sabor de la Victoria. Este extenso, pero interesante volumen, narra de forma apasionada, el proyecto poco conocido de  algunos escritores, autores, cineastas y músicos que volvieron a su tierra, para hacer que el pacifismo y la desnazificación no fuese solo llevada a cabo solo por leyes y normas, sino por medio de la cultura.

Es un libro muy diferente de cuantos haya podido leer sobre el tema, narrado desde un punto de vista más humano, en ello se nota la visión femenina de la autora. Se centra en los detalles cercanos de los personajes que describe, su entorno familiar, sus fracasos sentimentales, sus relaciones personales, mientras va dando detalles escabrosos sobre la dura vida en las ciudades alemanas que aquellos intelectuales se vieron obligados a visitar. Todo esto descrito a medida que pasaban los meses y años, desde la llegada de los aliados, de tal manera que vas conociendo a los personajes, vas viviendo la manera como poco a poco, más lento de lo que ahora nos parece, los alemanes fueron saliendo de las cenizas hasta convertirse en lo que son hoy.

Las juicios de Nüremberg son narrados también desde esa perspectiva y si bien los aspectos técnicos, las más crudas descripciones de los hechos son suavizados para evitar el morbo al que nos tienen acostumbrados los escritores de este tipo de libros, sin embargo no por ello es un libro light en el sentido descriptivo, ni mucho menos. Es una lectura imprescindible si te quieres poner en la piel de aquellos que vivieron las penurias, el frio, el hambre y la escasez. También para conocer a muchos de aquellos intelectuales que tuvieron la oportunidad de escapar de Alemania, pero que volvieron para ayudar a recuperarla, lo que se encontraron allí les dejó una honda huella.

Se muestras los intentos y crueles proyectos de algunos políticos para convertir a Alemania en un país de campesinos analfabetos que produjeran alimentos para toda Europa y evitar con ello que volvieran a crecer. Un proyecto que con el tiempo se vio inviable e imposible, en parte porque el espíritu trabajador, industrioso de un pueblo, no se impone, sino que se puede amoldar positivamente para la paz. Pero mientras esas ideas se intentaron imponer y los sistemas encontrados  y enfrentados de los diferentes aliados provocaron la división del país en bloques, mucha gente murió de hambre, de frío, de enfermedades, los siniestros acompañantes de una guerra.

Nos recuerda de alguna manera que las guerras no sirven para nada bueno, pero las postguerras sacan el lado más humano y bondadoso de los hombres y mujeres. Lamentablemente de estas situaciones apenas se aprende, pues ¡cuántas postguerras nos quedan por sufrir en el mundo! En Europa en el siglo XX se han vivido unas cuantas, en África se unen postguerras con nuevas guerras, ahora en Siria se teme lo que va a quedar.

En definitiva, el libro de Lara Fiegel es recomendable pues señala como la reeducación, necesaria e imprescindible para evitar la repetición de los hechos, fueron centrales en la futura paz, no todo fue reconstruir ciudades de entre las ruinas, sino que las artes se hicieron cruciales para modelar una forma de vida alternativa alejada del militarismo al que los alemanes parecían antes destinados.

Así que esta la considero una más que interesante lectura.






lunes, 27 de febrero de 2017

El lado oscuro de la literatura



Se dice que un libro es un faro de sabiduría, pero no siempre es así. En ocasiones un libro puede convertirse en una guía de la criminalidad o un  catálogo de descripciones morbosas para sádicos lectores.
En el último número de  "Que leer", encontré una reseña de un libro que me llamó la atención por tratarse de un tema de gran curiosidad y misterio: Descendiendo hasta el infierno

Las profundidades de Internet o el internet oscuro es algo de lo que se habla, aunque nadie sabe a ciencia cierta si realmente existe.
Se sabe o quizás sea una leyenda urbana, que hay por debajo de los blogs, de google, de las redes sociales, de las páginas de nuestro banco, una especie de cloacas o túneles oscuros donde se realizan toda clase de ilegalidades, páginas que no aparecen en los buscadores y donde se encuentra de todo, un internet sin control, pero a la vez intentando controlar a través de los agujeros de seguridad las vidas de otros usuarios que intentan acercarse. 
Y el libro en cuestión parecía que trataba sobre el tema, desmontando mitos y explicando la realidad sobre estos asuntos.

Bien, pues en vista del tema, me decidí a comprarlo y diré que me ha dejando una extraña sensación, nada buena por cierto.
Al principio me dio la impresión de estar leyendo algo escrito por un friki obsesionado con los videojuegos macabros. Pero según avanzaba, algo me hacía creer que lo escrito allí, pudiera ser terriblemente cierto, y de ser así, es monstruosamente brutal que alguien escriba en un tono apasionado y sin mostrar el más mínimo desprecio por las cosas que describe.

La manera de relatar los supuestos hechos delictivos, me resulta repulsiva y me obliga a pasar muchas páginas sin leer, no es fácil imaginar que se pueden realizar tales brutalidades y según intento avanzar en el libro, las cosas se ponen aún peor. Pienso que si alguien es capaz de ver lo que este tipo, llamado escritor, afirma haber visto y disfrutado, tal como lo explica en su escrito, bien pudiera ser partícipe y por tanto cómplice de actos cuanto menos inhumanos y delictivos.

Por supuesto que la libertad de expresión debe existir, pero la casi apología de crímenes pedófilos y otros delitos, creo que no debería tener cabida.  Y entonces me pregunto, ¿Por qué un libro como este, que da publicidad de forma fría y neutra a brutalidades como estas, aparece en una prestigiosa revista de literatura como esta?

Recuerdo que en cierta ocasión, indicaron que no hablaban de escritores indie, ni aparecía nunca publicidad de libros de noveles, pues se limitaban a escritores de prestigio con trayectoria y sobre editoriales establecidas. Sin embargo, si uno se fía de sus reseñas, cuelan el mosquito y engullen el camello con tal de sacar tajada de los anunciantes.