martes, 26 de enero de 2016

La chica de los siete nombres





¿Sabías que en Corea del norte cuando naces ya cuentan que tienes un año? Esto es así porque al parecer cuentan los meses de gestación como el primer año lunar de vida.  ¿Sabías que tienen en cada casa dos o tres cuadros con las imágenes de los líderes las cuales deben limpiar con frecuencia, utilizando un paño especial que el gobierno les suministra y que practican desde niños la costumbre de denunciarse unos a otros? Un país considerado ateo, pero donde la mayoría de sus ciudadanos buscan la guía de pitonisas y adivinos para tomar decisiones en su vida. Está prohibida la religión, sin embargo la adoración, los canticos y las plegarias al líder son obligatorias.

Corea del norte es un mundo aparte de difícil asimilación en occidente, pero donde conviven personas como cualquiera de nosotros con sentimientos y deseos, por supuesto adaptados a un mundo aparte. Ellos aprenden desde niños que viven en el paraíso y fuera de allí solo encontrarán un mundo un lúgubre y peligroso, lleno de violencia, penuria y sufrimiento. Viven en una sociedad acostumbrada a la crítica negativa, a la desconfianza y vigilancia mutua, donde los valores revolucionarios se resumen en obediencia y creencia ciega en el líder, como el único ser capaz de guiarles por el camino del porvenir.

¿Qué sucede si de repente alguien intenta escapar de ese “mundo perfecto”? ¿Cómo se logran romper las barreras físicas y humanas para escapar? De este asunto trata el libro que he tenido el gusto de leer recientemente: "La chica de los siete nombres" de Hyeonseo Lee con ayuda del biográfo David John.

Si no fuera porque en la contraportada se explica claramente que se trata de un libro autobiográfico que muestra hechos reales, parecería una épica aventura surrealista en un país inventado, un sistema imposible y una suerte de coincidencias incoherentes con la realidad. Pero eso es así, mostrando como en el caso de Corea la realidad supera la ficción.

                Vale la pena sumergirse en las peripecias de esta joven tranquila, pero valiente, que sin prácticamente ninguna ayuda se aventura en un camino incierto hacia la libertad. En sus páginas descubrimos  como una indefensa joven norcoreana se enfrenta a todas las fuerzas establecidas en su patria, en diferentes lugares de China, en Laos, bajo amenazas, caídas en redes engañosas, y sin embargo no se observa en el libro atisbo de odio a su vida, recelo a la tierra que le vio nacer, tan solo ansia de libertad que es lo que mueve a la protagonista a tener que pasar por distintas identificaciones para poder pasar desapercibida.
                Un libro muy entretenido y sobre todo que ayuda a conocer a fondo la vida cotidiana en uno de los lugares más extraños, ocultos y cerrados del mundo.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sientate libre de realizar algún comentario u opinión sobre esta reseña