jueves, 27 de abril de 2017

Una Mujer en Berlín




Ahora que vemos por los medios audiovisuales los efectos de la guerra en países como Siria, y otras más olvidadas en Africa, (Darfur, Sudan, etc) , y contemplamos aquellas tragedias como lejanas, salvo por el hecho de que recibimos refugiados en nuestros países. Pero una vez que estas guerras cesan, poco sabemos cómo salen adelante las personas que allí quedan. Los medios, una vez se acaba lo emocionante y llamativo, los combates y las bombas, se baten en retirada y de repente desaparecen de los telediarios lo que ocurre en aquellos lugares. Pocos nos planteamos lo que sucede con los sobrevivientes convertidos en derrotados y los abusos que cometerán contra la población los que llegan supuestamente liberando al pueblo de las opresoras manos de un dictador. 
Casi siempre la población de los perdedores, sufre violaciones, abusos, pérdidas de derechos y libertades, aparte de la escasez de una postguerra.  Sabemos que la población padece sufrimientos después de una guerra, pero desde la lejanía tan solo nos alegramos que por fin llegue la paz y sabemos que el tiempo se encargará de sanar las heridas. No nos hacemos la idea de lo que significa el camino de penitencia y martirio que aquellos pasan, no, hasta que leemos libros como este.

El libro “Una mujer en Berlín”, es un relato crudo y sincero de una de los episodios menos conocidos y tratados de la guerra. Casi siempre, se habla de los campos de concentración, de las millones de víctimas del régimen nazi, que por supuesto merecen no ser olvidadas nunca por la historia. Pero lo que sufrieron después otras cientos de miles de personas, en su mayoría mujeres que fueron recibiendo a las tropas, sobre todo rusas, es algo indescriptible, pero por salvaguardar su propia dignidad, muchas prefirieron callar y olvidar. De esas personas trata el libro en cuestión.

 Se trata de un relato día a día que cuenta un periodo de tan solo tres meses, pero lleno de los detalles suficientes para hacernos una idea de lo que supuso para la población perdedora, aquella derrota que si bien fue merecida por el sistema que dirigió al pueblo alemán y lo llevó hasta esos extremos, pero no lo era para unas personas normales, comunes, como cualquiera de los ciudadanos de otras naciones envueltas. Lo que supuso para las mujeres alemanes la llegada del ejército ruso a Berlín, es contado de manera aparentemente fría pero por la propia defensa de una dignidad castigada. No es un libro de guerra al uso, que cuente batallas y luchas entre unos y otros, sino el testimonio de los que en la ciudad, escondidos en refugios improvisados fueron testigos de los bombardeos, del paso de soldados de un lado a otro y después de la vejatoria llegada de un ejército ruso, donde jóvenes desbocados fueron en busca de todas clase de pillaje, incluido el humano, que tuvieron que sufrir en sus carnes aquellas mujeres sin poder oponer resistencia, pues eran las perdedoras y culpables de su propio sino en la vida. Lamentablemente la historia se sigue repitiendo, una y otra vez, en todas y cada una de las guerras que este mundo provoca y que no han cesado desde que contamos la historia.

Recomiendo este libro por su carácter histórico y original, al tratarse de un relato personal, basado en el diario de una mujer que expuso lo que fue su vida en esos tres meses, y que no quiso que su nombre figurara en el libro, quizás por guardar su intimidad o porque pensaba que de alguna manera cualquier mujer de aquella época lo pudiera haber escrito. Gracias al célebre escritor C. W. Ceram, quien de alguna manera apadrinó el libro, para que este saliera a la luz y quedara como testimonio de lo que sucedió en aquellos tiempos. 




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