viernes, 25 de septiembre de 2015

Bumi Barú





Hace un tiempo paseando por un club de lectura en Facebook, tuve la oportunidad de conocer a una escritora novel que ofrecía su libro. Y me llamó mucho la atención el título: Bumi Barú. Mi curiosidad me llevó a comprarlo en digital y ese mismo día a leerlo con esa misma motivación que me llevó a obtenerlo. 

Empezaré diciendo que en un principio el nombre me pareció extraño, la autora, Marta Mañes Ferrer, me dijo que me encantaría y llenaría de optimismo. Pero el caso es que el título no me decía nada especial. Las palabras que le siguen si me llegaron: Por un mundo mejor, como presagiando un futuro optimista o quizá luchando porque así sea.

Bien es verdad no se puede catalogar como un libro futurista en todo el sentido de la palabra, pero de alguna manera las primeras páginas nos dan una leve alusión a un futuro idílico en el que los países parecen llegan a un acuerdo y a una nueva convivencia. El relato se inicia en un futuro, con la protagonista en sus últimos días de vida, para después de forma retrospectiva, volver a sus inicios y con saltos regulares de tiempo, es decir el libro te lleva del futuro al pasado y viceversa. De nuevo el deseo de indagar cómo plasmaría la autora ese nuevo sistema mundial, me hicieron continuar.

A veces sucede que uno piensa que una historia va por un camino determinado, pero la lectura te lleva por otro, eso sucede con Bumi Barú, pero lo hace con un estilo muy original, contando una especie de diario autobiográfico, donde la protagonista da detalles comunes de las vicisitudes y vivencias positivas y negativas de una familia acomodada de Barcelona, un repaso de la cotidaniedad con la que muchos, que han vivido su juventud entre los ochenta y noventa se sentirán identificados muy bien, aderezados con lienzos musicales de muy buen gusto y gratos recuerdos. Pero también va relatando los pasos que aquella familia va dando y como los sucesos van conformando los derroteros de cada uno.

Reconozco que la primera mitad del libro puso a prueba mi paciencia, pues deseaba saber hacia dónde me conducía. Pero después pude ver que esa paciencia fue recompensada con una segunda mitad del libro realmente fantástica, cautivadora y emocionante. 

El libro al final te muestra una utopía que hace salir a relucir la esperanza de que la humanidad y la tierra puedan tener una oportunidad de redención. Espero no haber contado demasiado, pero recomiendo la lectura de este libro, y aconsejo no saltarse ninguna de sus páginas, con un lenguaje fluido, llano y natural, es una opción positiva y optimista en estos tiempos tan turbulentos.

Adriel B.


        Mi atracción por la escritura, vino por la búsqueda del libro que siempre me habría gustado leer. Bien es verdad que ese es un sueño utópico, tanto lo de encontrar ese libro ideal, como lo de convertirse uno en escritor profesional. 
Pero mientras tanto, me conformo con aprender de las buenas lecturas como la del libro del que ahora quiero hablar y de los buenos escritores y escritoras, como la autora de esta obra. 

El libro en cuestión es: Adriel B. de la veterana escritora, editora y bloguera Estrella Cardonia Gamo, de la cual tengo una especial predilección, pues he leído al menos cinco de sus libros y siempre han estado entre mis favoritos. 

El título dice poco, un nombre y ni siquiera el apellido completo, tan solo la inicial. En realidad el esconder ese apellido que tanto nos identifica, es la esencia de la trama. Una joven y talentosa escritora que sufre las injusticias de un mundo editorial corrupto, donde se ve obligada a ser el "negro" de famosos escritores que cuando pasan por crisis de ideas, las editoriales se encargan de ofrecerles los borradores de aquellos trabajadores anónimos como Adriel. Se va descubriendo el entramado y las argucias de los grandes del libro, que recurren a trampas, amaños en concursos literarios y plagios descarados con tal de mantener a sus best sellers en boga.
Pero la novela no va solo en esa linea de denuncia, sino que guarda otra tragedia escondida en la vida de la protagonista. Poco a poco, sin darse cuenta, o quizá sin querer hacerlo, se va introduciendo en el mundo del alcoholismo, y en esa espiral mortal, que la va arrastrando a situaciones convulsas, rebajándola a una vida donde la promiscuidad, la vida licenciosa, la llevan al borde de su final. 
En medio de eso, conoce a un hombre que se cruzará en su vida y luchará hasta el agotamiento por sacarla de allí. ¿Lo logrará? 

Vale la pena descubrirlo, es una historia muy dura, pero a la vez con grandes dosis de realismo, que nos hace pensar en la fina división que existe entre el bebedor social y el empedernido enfermo alcohólico. Nos logra introducir en la mente de la protagonista, en sus contradicciones, sentimientos y luchas. 

De paso, los que nos consideramos escritores, podemos aprender y entender muchas de las razones por las que el sueño de convertirse en un gran escritor, a veces se puede convertir en una pesadilla, sino sabemos administrar bien los fracasos que esta dura vida nos depara.

Se puede obtener en formato digital aquí.

sábado, 8 de agosto de 2015

Archipiélago Gulag





Para compensar el disfrute de unas inolvidables y placenteras vacaciones de verano, en un lugar casi paradisiaco, me propuse  leer un libro extenso pero de gran intensidad y fuerza. Un libro trágico y duro como pocos: Archipiélago Gulag de Alexander Soljenitsin. Un libro en forma de documental contado por un testigo presencial de los sufrimientos en los campos de concentración rusos. Son asuntos que ahora conocemos más o menos bien, pero no cabe duda que este libro fue el primero en denunciar y dar a conocer todo lo allí acontecido, con pelos y señales.

            Soljenitsin fue un soldado que defendió con orgullo y honor al ejército ruso desde su graduación como tal en 1941, hasta su caída en desgracia en 1945, participando en momentos decisivos de la contienda, como la "Batalla de Kursk" una de las más dramáticas de la II guerra mundial. Pero de nada le sirvió ese fiel servicio a su nación, pues poco antes del fin de la guerra, fue detenido y acusado de traición por detallar en unas cartas a un amigo, las condiciones que observaba en las granjas de occidente a medida que se adentraba en territorio alemán, que contrastaban con la triste realidad del campesinado de su país, diezmado y muerto de hambre, por una obsesiva producción a costa de todo, que Stalin promovía.

Esa "traición" a la patria, le llevó a sufrir torturas, hambre y humillación en Lubianka y en otras cárceles de la URSS, y finalmente acabar en campos de trabajo o gulags de diferentes partes de aquel extenso territorio, descubriendo que no fue el único que sufriera tal suerte, sino miles de soldados que habían luchado por defender su nación y que tan solo por caer en manos enemigas también fueron castigados severa e injustamente. Desde entonces se propuso llevar a cabo un trabajo de documentación de todo lo que vio en aquel duro periplo de su vida y se puso a escribir un relato que le llevaría años de trabajo, la historia de los gulags soviéticos, desde sus inicios.


            Este archivo documental lo concluyó en 1967, pero lo mantuvo en secreto. No se había atrevido a publicar Archipiélago, temiendo la censura de su país, y puesto que contenía nombres de personas que aún vivían a las que no quería poner en peligro, prefirió mantenerlo confidencial, si bien se esmeró en colocar copias de este a buen recaudo. Ya había visto como algunos de sus anteriores escritos habían sido censurados, pese a utilizar un lenguaje cuidado y camuflando bien sus críticas, ya bastantes penalidades le habían acaecido por ellas. En 1970 fue nombrado premio Nobel de literatura, por su labor como historiador y por la fuerza ética con la que llevó a cabo su escritura en pro de dar a conocer las tradiciones rusas, este galardón y reconocimiento le confirió un status de cierta seguridad sobre su vida y obra en la URSS. 

          Pero en agosto de 1973, fue descubierta una copia del texto de Archipiélago que guardaba en poder de su secretaria, Elizeta Vornyánskaya, entonces las cosas cambiaron radicalmente en la vida del escritor. Elizeta apareció ahorcada en su apartamento en Moscú, tras haber sido torturada en un duro interrogatorio. Eso lo puso en alerta y destruyó los documentos en su poder, las autoridades no pudieron encontrar pruebas que lo incriminaran directamente, pero él sabía que su vida allí no sería grata y ellos sabían que aquello solo podía ser obra de ese disidente. Por fin, en 1974 fue expulsado de su país y pudo conseguir asilo político en EEUU. Pero antes, ya había logrado enviar copias de su manuscrito a otros lugares y el régimen soviético no pudo evitar que el libro por fin viera la luz pública en Paris, en 1973. Soljenitsin afirma que se vio en la obligación de publicar, antes que se tergiversara su contenido en la URSS.  



            Se puede decir que este fue el único medio de vengarse de ese injusto maltrato recibido, pues en sus diferentes viajes por lo que él llama archipiélago de cárceles o centros de reclusión y trabajos forzosos, fue recopilando testimonios de compañeros y personas con las que se topó, recogiendo relatos crudos, salvajes, duros y trágicos, que de otra manera hubiesen acabado silenciados en las nieves siberianas. Por ello, este libro es un testimonio claro y real de lo que la represión de las dictaduras son capaces de hacer y las crueldades de las que un gobernante, Stalin, un hombre del siglo XX fue capaz de llevar a cabo sin que nadie lo juzgara por crímenes contra la humanidad, pese a haber matado a más personas que el más miserable de los miserables, Hitler.

            Recomiendo su lectura con paciencia y tesón, pues es un libro muy extenso, más de 800 páginas, pero que no fui capaz de dejar pasar ninguna, pues reconozco que con ello estaba honrando la memoria de millones de inocentes que pudieron al menos recibir reconocimiento en este libro. 

 Aquí se puede obtener en su diferentes versiones, papel, digital, nuevo y segunda mano

martes, 28 de julio de 2015

¿Existes?





Acabo de terminar de leer: ¿Existes? De Ivan Hernandez. Pocas veces leo ciencia ficción, suelo ser muy realista y prefiero la historia pasada y real, a la fantasía o la imaginación que por lo general nunca se cumple. Aunque considero también que es bueno a veces liberarse de tanta realidad y observar posibilidades alternativas. 

También reconozco que elegí este libro sin leer ninguna reseña, ni mención sobre su contenido o temática, casualmente me topé con el texto que en cierta ocasión el autor obsequió como promoción y lo tenía en mi colección de archivos pendientes. Así, sin preparación previa me adentré en sus páginas sencillamente dejandome seducir por su trama, sus personajes a los que pronto llegas a apreciar y la curiosidad y suspense que despierta el libro en sus primeras palabras. Y desde luego puedo decir ahora que no me arrepiento de haberlo escogido como lectura. 


                Se trata de una emocionante historia futurista, en un mundo en el que encontramos a una sociedad aparentemente perfecta, gobernada por un sistema político, oculto en un sistema informático en el que las decisiones se toman por encuestas. Este lo habitan personas que viven de espaldas a la realidad de otro mundo más cruel, violento e inhumano. Visto así, parece otra historia más de sociedades paralelas tipo saga Divergente o Amor entre dos mundos. Pero no, hay una diferencia sustancial en el trasfondo del libro: La definición de lo que yo llamaría el sentimiento de la consciencia, que es clave en la trama.  Edel, una joven coleccionista de computadoras antiguas, un día tiene un encuentro digital con Alexander, un rebelde que intenta socavar los cimientos de una sociedad tan injusta como cruel. Pronto surge algo entre ambos, lo cual desencadena una serie de acontecimientos de gran fuerza y emoción, que según se desarrolla, va descubriendo al lector poco a poco, el verdadero fin del sistema en el que vive la joven Edel. 


                De todo libro se puede extraer alguna enseñanza o reflexión, y en este caso creo que el autor va más allá de las simples injusticias sociales, ahonda en temas metafísicos sobre el sentir y sobre la definición de lo que muchos entienden como “alma” que distingue a la humanidad de los demás seres que habitan el planeta. Hoy día, que vivimos en un sistema de gobiernos dirigidos realmente en la sombra por los bancos y las finanzas, cada vez mas deshumanizados, este libro nos hace ver los peligros de acomodarnos a lo que nos dan como realidad.  En definitiva, una novela corta, a veces sencilla, otras compleja, llena de lirismo y a veces rozando la fantasía, pero muy bien contada por su autor. En algunos lugares es catalogada como novela juvenil, quizá por la agilidad en la manera de narrar, pero a mi modo de ver, es lectura recomendable para todas las edades, su lectura es amena y  engancha rápidamente. 

Además como aliciente diré que el autor regala sus libros. en este link lo podeis encontrar .

martes, 14 de julio de 2015

Por una causa justa



   

               
                No soy asiduo de los libros de largo recorrido, esos que superan las 800 páginas. Siempre se me han resistido, y pocos de ellos los he acabado. Esos que coloquialmente algunos llamamos “tochos” y más si se trata de libros rusos, no suelen ser lectura de fácil digestión. Eso pensaba, hasta que cayó en mis manos este libro: “Por una causa justa” del autor ruso Vasili Grossman. Un libro que me lo tomé como un reto, casi como si de una apuesta se tratara, una apuesta conmigo mismo. Tampoco la literatura bélica se puede decir que sea algo que entre entre mis gustos literarios, y era el principal impedimento para ponerme en esa labor, pero había algo en la temática de este libro que me atraía. Era como querer rememorar la dureza de los tiempos de guerra, como los que de nuevo se ciernen en Ucrania, en nuestra Europa tan castigada por eso en estos último tiempos.              

                El libro trata de la escasamente conocida historia de la invasión alemana sobre el territorio ruso en años 40, visto desde el lado soviético. Desde la estrategia rusa del abandono paulatino de fábricas, ciudades y campos, para que los enemigos encontraran tierra quemada, pasando por el sufrimiento de los desplazados, la encarcelación y deportación de miles de rusos a campos de concentración alemanes. El autor describe a veces de forma fría, sin sentimientos, otra con la crudeza y fuerza los acontecimientos. Pero lo hace de forma inteligente, para mostrar con lo primero, que esa aparente desidia de las tropas soviéticas ante la invasión y la naturalidad con la que sus habitantes se tomaron la guerra, los desplazamientos y evacuaciones, eran toda una estrategia que confiaban, sería beneficiosa para el entero pueblo.  De manera interesante muestra como ese aparente derrotismo, escondía una bien planificada estrategia hasta llegar a la decisiva batalla de Stalingrado. El libro es rico en detalles, descripciones, diálogos y frases evocadoras. Está dividido en tres partes, de unos 60 a 70 capítulos cada sección, un autentico libraco de 1079 páginas. Para mí gusto, la segunda parte es la más emotiva y que más me condujo a reflexión.

                Si bien parecería demasiado extenso para explicar tan solo año y medio de historia, pero no puedo decir que sea aburrido. Las únicas pegas quizás sean los más de cien personajes, todos ellos con nombres imposibles de memorizar y que además como costumbre de los escritores rusos, los menciona con nombres y apellidos, incluso en los diálogos. Esto hace de este libro un complejo pero a la vez interesante reto. Una obra escrita que esconde algo más en sus páginas, que el simple relatar de los hechos, habla de la convivencia, de la capacidad humana para adaptarse a las situaciones más extremas.

                Aderezado con unas reflexiones interesantes que el propio autor va poniendo en la boca de sus diferentes personajes y que enriquecen el libro con frases célebres como para llenar otro libro de citas.  Estas son algunas de algunas que yo destacaría: 


-Los poetas no necesitan de manuales de poesía, porque son ellos quienes crean los versos y legislan sobre el uso de la palabra. 


-Existe una fuerza capaz de reconstruir ciudades gigantescas a partir de sus cenizas, pero no hay nada en el mundo que pueda hacer que los ojos de un niño muerto bajos los escombros, alcen de nuevo sus delicadas pestañas.


-Era una sensación de movimiento vertiginoso, semejante a la que habría experimentado la persona que, de repente, advirtiera con la piel, la vista y el protoplasma de cada célula de su cuerpo lo aterrador del movimiento de la tierra en mitad de la infinitud del universo. 


-¡El sufrimiento humano! ¿Se acordarán de él los siglos venideros? Se sostendrán los grandes edificios de piedra y pervivirá la gloria de los generales, pero las lágrimas y los susurros, los últimos respiros y estertores agónicos, los gritos de dolor y desesperación se desvanecerán sin dejar rastro junto con el humo y el polvo que el viento disipará…

En definitiva, se trata de una obra maestra de Vasilli Grossman, parte de una trilogía que va desde este texto, en el que defiende un sistema soviético al que cree más justo, para continuar con Vida y Destino y concluye con, Todo fluye